
Nombre oficial: República de Costa de Marfil
Superficie: 322.000 Km²
Población: 16.8 million Capital: Yamussukro (100.000 hab.) Nacionalidades y etnias: akan (que incluye los grupos baulé y agni), kru (yacuba o dan, principalmente), senufu, mande, libaneses, franceses
Idioma: francés (oficial); 60 dialectos nativos, entre los que destacan yacuba, senufu, baulé, agni y diula
Religión: 65% religiones tradicionales, 23% musulmanes, 12% cristianos, protestantes en su mayoría Régimen político: república
Presidente: Laurent Gbagbo
Primer Ministro: Seydou Diarra
PIB: 24.2 billones de dólares
PIB per cápita: 1,640 dólares
Crecimiento anual: 6%
Inflación: 3%
Visados: todos los visitantes precisan visado
Condiciones sanitarias: es necesario vacunarse contra la fiebre amarilla y el cólera, caso de producirse algún brote. También se recomienda, en caso de estancia prolongada, las vacunas contra la hepatitis y tifoidea.
Hora local: GMT
Electricidad: 220V, 50Hz
Pesos y medidas: sistema métrico
Turismo: unos 728.000 visitantes al año
Monedafranco CFA
Comidas· Presupuesto bajo: entre 1 y 5 dólares
· Presupuesto medio: entre 5 y 15 dólares
· Presupuesto alto: a partir de 15 dólares
Alojamiento· Presupuesto bajo: entre 6 y 12 dólares
· Presupuesto medio: entre 12 y 30 dólares
· Presupuesto alto: a partir de 30 dólares
El franco CFA se fija según el franco francés y es la moneda principal de todos los países francófonos del oeste de África. El presupuesto mínimo por jornada se ajusta a los 10 dólares, obteniendo con ello un alojamiento sencillo pero limpio y excelente comida callejera. En ocasiones resulta complejo encontrar restaurantes económicos, y si se pretende comer al estilo occidental y alojarse en hoteles más confortables, deben calcularse alrededor de 30 o 40 dólares diarios. Las estancias en hoteles de primera clase, combinadas con salidas nocturnas, representarán un gasto de unos 100 dólares al día. Alquilar un coche cuesta otros 100 dólares por jornada.
La agencia bancaria del aeropuerto ofrece tipos de cambio aceptables, de manera que si se viaja en avión, merece la pena canjear las divisas al llegar. De no ser así, el visitante tendrá interés en cotejar las distintas ofertas de cambio, que en algunos bancos pueden resultar muy ventajosas, pero con comisiones elevadas, mientras que en otros no se cobran pero se aplica un tipo mucho más bajo. Al contrario que los ciudadanos franceses, los turistas de otras naciones pueden encontrarse con dificultades a la hora de obtener dinero en efectivo con sus tarjetas de crédito. El banco COBACI en Plateau, Abidjan, es el único que ofrece un adelanto en efectivo con la presentación de una tarjeta.
El sistema de propinas no sigue reglas definidas. Los africanos no suelen practicarlo, pero esperan de los ricos (es decir, los visitantes) un cadeau (regalo) como propina. En los restaurantes más caros, se supone que incluso los africanos deben dejar un 10% más del importe, pero conviene comprobar previamente la cuenta en caso de que el servicio estuviera incluido. Los taxistas esperan una gratificación de un 10%, excepto si se trata de un taxi compartido.
Abidjan, una gran metrópoli, glamourosa y minada por la delincuencia, carecía de interés hasta 1951, cuando los franceses finalizaron la construcción del canal Vridi, que une la laguna de Abidjan con el océano. La ciudad posee desde entonces un puerto excelente y su población ha aumentado hasta prácticamente alcanzar los tres millones de habitantes, repartidos en cuatro penínsulas alrededor de la laguna.
Conocido como el París de África Occidental, en Abidjan viven muchos franceses pero también atrae a muchos africanos de los países vecinos, por lo que se ha convertido en la urbe más cosmopolita de la región. Muchos viajeros únicamente conocen sus barrios más ricos, especialmente Le Plateau, el céntrico punto comercial repleto de rascacielos, y Cocody, la elegante zona residencial donde se encuentra el reconocido hotel Ivoire. Distritos más humildes, como Treichville, Marcory y Adamé, resultan mucho más interesantes. Unido con Le Plateau por medio de dos puentes, el barrio de Treichville concentra la mayoría de locales nocturnos.
El hotel Ivoire, el más famoso de África Occidental, es también una de las principales atracciones de la ciudad. Se enorgullece de poseerlo todo: piscina, pista de patinaje sobre hielo, bolera, cine, casino e incluso una importante galería de arte en el sótano. La moderna seo de Abidjan, la catedral de St Paul, sólo superada por otra en la capital, Yamussukro, justifica la visita por las vistas que se divisan desde lo alto de su campanario. Fue diseñada por un arquitecto italiano, y consagrada por el Papa en 1985.
En el extremo noroccidental se encuentra el Parc du Banco, una reserva de selva tropical que con su frescor se presta a pasear. A unos centenares de metros de la entrada, por el camino de tierra, se encuentra la lavandería al aire libre más grande de África: un inolvidable espectáculo en el que cientos de fanicos (lavanderos) se reúnen en el centro de una corriente para hacer la colada. Diariamente, frotan enérgicamente la ropa sobre enormes piedras sujetas por viejos neumáticos, y la extienden en las rocas y la hierba a lo largo de medio kilómetro. Nunca se equivocan ni confunden las prendas de cada uno.
No hay que, olvidar que desde finales de la década de 1980, Abidjan tiene fama de contar con el índice de criminalidad más alto de África Occidental, y ninguna zona de la ciudad se considera suficientemente segura para andar solo por la noche.
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