Las mentiras de la araña.

Ultimamente encuentro un montón de cosas de costa de marfil y todas de casualidad, el otro día los cuentos en barnafrika y hoy un cuento por la red, mientras buscaba un proverbio africano para poner en una tarjeta de boda para unos amigos que se casan domingo.

Así que esto unido a la ansiedad que tengo para que me llegue el dichoso CI, hace que el blog estos días esté más activo que nunca, ya me pasará, pero en estos momentos, "necesito" ir haciendo entradas, es mi via de escape (ya ves que vía más tonta) pero mi via al fin y al cabo... es mi manera de "hacer algo" cuando ya no puedo hacer nada más que esperar.

Éste es el cuento, "las mentiras de la araña"

Hace mucho tiempo, el rey tenía una hija que se llamaba Hama, y por probar el nivel de inteligencia y civilización de su sociedad, y tambien para encontrarle un marido que fuése lo suficientemente inteligente y noble hizo saber al pueblo que daría la mano de su hija a aquél que adivinara su nombre.

La araña, de posición humilde, ingenió una estrategia para poder acceder a la corte del rey. Fué a la selva y buscó plumas de pájaro, ra,as y hojas y se construyó unas alas para poder volar.

Volando, entró a palacio y se puso en una rama del árbol de las palabras que se encuentra en medio del patio de palacio. La esposa del rey, que en ese momento paseaba por el patio, vió ese pajaro tan raro y llamó a su hija:

-Hama, Hama! Corre, sal! Mira que pájaro más raro que hay en esta rama del árbol de las palabras!

-Dónde está? - preguntó su hija mientras salía de su habitación.

Al sentir eso, la araña se fué volando, ya sabía lo que quería. Ahora podria casarse con la hija del rey y entrar a formar parte del reino.

Llegando al pueblo, la araña cogió su tam-tam, reunió a unos cuantos jóvenes y tocando con fuerza y a buen ritmo fueron en comitiva hasta el palacio real, cantando tan fuerte como podía el nombre de la hija del rey.

Como el rey habia dado su palabra, tuvo que consentir la boda de su hija con la araña y se celebró la boda.


La fiesta duró una semana y los bailes y las canciones no pararon en todo el tiempo. Una vez casados la araña y su esposa se fueron a vivir en su casa conyugal y al cabo de nueve meses tuvieron su primer hijo.

El tiempo pasó y su hijo iba creciendo. Una noche la araña estaba sentada en el portal de la casa y su hijo jugaba con unas piedras a su lado. De repente la araña empezó a cantar una cancion que revelaba el secreto de su trampa para descubrir el nombre de su esposa, y el hijo, cuando lo escuchó, fué a explicarlo a su madre, la hija del rey se enfadó mucho.

-Así que utilizastes una trampa vulgar para saber mi nombre! - dijo su esposa - no nos mereces ni a mí ni a mi hijo. Cojo todas mis cosas y me vuelvo a casa de mi padre.

Dicho eso, la mujer fué a su habitación a recoger sus cosas. Una vez las tuvo preparadas; dejó el cesto en el suelo y fué a la habitación de su hijo. La araña entró de estranquis a la habitación de su mujer y de escondidas metió unos cuantos huevos dentro del cesto. Cuando lo tuvo todo preparado cogió a su hijo de la mano, los dos cestos y sin esperar más, se fué a casa de su padre.

La araña les acompañó y cuando llegaron ante el rey, antes de que la mujer pudiera decir nada, la araña dijo:

- padre y rey mío, tu hija me desobedece! Yo crio pollos y ella me roba los huevos y los rompe, y yo me quedo sin pollitos.

-Eso no es cierto! - replicó Hama enfadada.

- No soy yo quien miente - dijo la araña con una sonrisa irónica - sino dile que te enseñe el cesto.

El rey al ver los huevos rotos dentro del cesto de su hija, se enfadó mucho con ella y le dijo:

-Hija, te has portado muy mal, no tienes motivos por dejar a tu marido, así que coge tus cosas y vuelve con él a casa.

Al cabo de pocos días la araña volvió a cantar la canción en un momento que tanto Hama como su hijo lo podían escuchar.

Hama, enfadada, sin decir ni palabra a su marido, preparó su cesto con sus cosas, pero mientras preparaba el de su hijo, la araña salió corriendo al campo y cogió nabos, a escondidas los metió dentro del cesto de su mujer.

Cuando Hama y su hijo se fueron a casa de su padre, la araña también les acompañó e igual que la otra vez, antes de que Hama pudiera decir nada a su padre, la araña habló:

-Padre y rey mío, tu hija Hama siempre se queja de que no le doy suficiente comida y aunque es abundante y variado lo que dispone para cocinar, ella insatisfecha coge los nabos antes de madurar. Yo le he dicho que esto no está bien, pero ella no me obedece, se enfada y aquí nos tienes.

Luego la araña cogió el cesto de su esposa y sacó los nabos verdes que había metido y los mostró a lrey.

El rey, una vez más, reprochó a su hija y le dijo:

-Hama, te has portado muy mal, no tienes motivos por dejar a tu marido, así que coge tus cosas y vuelve con él a casa. Al cabo de pocos días, la araña ya volvía a cantar su trampa delante de Hama y su hijo, una vez más, Hama hizo el cesto y se fue de casa.

Como las otras veces, cuando estuvo delante del rey, la araña habló antes de que Hama pudiera decir nada:

-He dado a tu hija muchas cosas de cocina y ella las ha ido rompiendo todos por no tener cura de ellos.. hoy se ha quejado de que ya no le quedan cacerolas y yo le he dicho que tiene que cuidar de no romperlas, ella se ha enfadado tanto que ha cogido todos mis objetos de valor y aqui nos tienes. Si no me crees dile a tu hija que te muestre su cesto.

-Esto es todo mentira! - dijo Hama antes de que su padre dijera nada - la araña, mi marido es un verdadero mentiroso. Él es quien cada vez ha ido poniendo dentro del cesto, primero los huevos, despues los nabos verdes, por tal de hacerme pasar por mentirosa delante tuyo, pero esta vez antes de salir de la habitación he mirado dentro del cesto y he sacado los objetos de valor que él habia metido dentro para engañarte.

La araña al sentir eso, se escapó corriendo por miedo a hacer el ridículo en descubrirse sus mentiras. El rey en verlo, accedió que Hama y su hijo se quedaran con él.

La araña no sabía que nunca nada se puede fomentar sobre una mentira, porqué tarde o temprano sale a la luz y se desmorona.

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